

Dr. Valverde Salinas Luciano J.
Contador Público MP T176 F114
Si estás trabajando en relación de dependencia y estás pensando en arrancar tu propio emprendimiento o prestar servicios de manera independiente, tenemos buenas noticias: sí, podés ser monotributista mientras mantenés tu empleo. Y lo mejor es que esto no solo es posible, sino que también tiene beneficios que pueden ayudarte a optimizar tus aportes y tu presupuesto.
Ser monotributista mientras trabajás en relación de dependencia es completamente legal. Lo que sucede es que, como empleado, ya estás realizando aportes jubilatorios y contribuciones a obra social, los cuales aparecen en tu recibo de sueldo. Por eso, cuando te inscribís en el monotributo, al optar por tu categoría, no abonarás el componente correspondiente al aporte jubilatorio ni tampoco el aporte a la obra social evitando duplicar pagos.
Esto representa un beneficio práctico importante: no estarás pagando dos veces por obra social ni por jubilación, lo que hace que tu emprendimiento independiente sea más rentable desde el inicio.
Ejemplo numérico práctico:
Un monotributista sin empleo en relación de dependencia, categoría A, paga $37.085,74.- por mes (incluye componente impositivo, aporte jubilatorio y obra social).
Un monotributista con empleo en relación de dependencia, misma categoría A, paga solo la parte correspondiente al componente impositivo, es decir, $4.182,60.- por mes, ya que los aportes a obra social y jubilatorios los realiza su empleador.
Esto significa que podés comenzar tu actividad independiente con un menor impacto en tus gastos, aprovechando los aportes que ya realiza tu empleador.
Si estás evaluando dar este paso, nuestro equipo puede asesorarte para elegir la categoría correcta y maximizar los beneficios. Reservá una reunión con nuestro equipo y compartí esta información con quien pueda servirle